Desafortunadamente, no existe una máquina del tiempo que te permita emprender un viaje hacia atrás hace 12 millones de años. Pero, el Parque Histórico Estatal Ashfall Fossil Beds puede ser la mejor opción.
El parque está ubicado entre Royal y Orchard en el condado de Antelope en el noreste de Nebraska. En el interior, los animales todavía están encerrados en sus poses de muerte y son esqueletos increíblemente bien conservados. Michael Voorhies y sus colegas tomaron la decisión de excavar el sitio y dejar a los animales en sus posiciones, en lugar de llevar los esqueletos al museo. Los visitantes pueden visitar esta cápsula del tiempo y ver cómo era la vida silvestre de Nebraska mucho antes de que los seres humanos modernos se aventuraran en las Grandes Llanuras.
Ashfall es único en el sentido de que los esqueletos de animales todavía están unidos en el orden correcto, no los huesos esparcidos por un amplio terreno durante un largo período de tiempo. La silenciosa y ominosa nube de ceniza que rodó por Nebraska y finalmente enterró a los animales los ha preservado y ofrece a los científicos y visitantes una visión única de sus vidas.
Después de los descubrimientos en Ashfall, existía una gran necesidad de proteger los fósiles y permitir que el público los viera. Este segmento muestra el proceso de construcción del Parque Histórico Estatal Ashfall Fossil Beds.
Del programa de televisión NET de 1992 "Mysteries in the Dust" [Misterios en el polvo].
Hoy en día, los visitantes pueden entrar en el "Rhino Barn" construido directamente sobre la excavación de trabajo. Pueden conocer a Morris, McGrew, Dr. Marie y Delia, todos rinocerontes y caballos que tienen diez millones de años. Morris era un rinoceronte macho con grandes colmillos y pies grandes. McGrew era una hembra de rinoceronte con pequeños colmillos y una cría por nacer. El Dr. Marie era un pequeño caballo de tres dedos. Delia era un caballo joven que todavía tenía sus dientes de leche. Casi se puede sentir la agonía que los animales deben haber sentido en los últimos momentos de sus vidas.
La excavación del sitio Ashfall continúa y hay muchas esperanzas de que se encuentre un esqueleto de uno de los grandes depredadores extintos, como un diente de sable o un oso-perro. Las marcas de mordeduras en los huesos ya recolectados y los excrementos fosilizados llenos de hueso masticado dan prueba de que los grandes carnívoros estaban cerca. Quizás algún día un paleontólogo del parque quitará las cenizas de un reluciente sable de un gran gato matador de rinocerontes, exponiéndolo a la luz del sol por primera vez en diez millones de años.
Los fósiles del lecho de cenizas nos brindan mucha información nueva sobre la anatomía y el comportamiento de muchos miembros de la antigua comunidad de animales de los pastizales.