A fines de 1950, el gobernador de Nebraska, Val Peterson, dijo a la prensa que había compilado una lista de presuntos subversivos, que serían detenidos en caso de una emergencia nacional. La lista de Peterson supuestamente nombraba a muchos presuntos comunistas en Nebraska, pero le dijo al Consejo de Defensa del Estado que solo uno tenía un trabajo para el estado. El gobernador dijo que era su deber defender el estado.
Los críticos de la acción de Peterson dijeron que la lista tenía poca importancia práctica y que podría haber sido un poco grandilocuente o jugar para obtener una ventaja política. Otros pensaron que tal lista podría resultar en discriminación contra personas que nunca tuvieron la oportunidad de defenderse de las acusaciones.
También había otras listas. Según el FBI, había menos de 40 miembros del Partido Comunista en todo el estado. Un artículo del Omaha World-Herald del 26 de marzo de 1951 decía que el jefe del FBI, J. Edgar Hoover, había identificado a 35 comunistas que vivían en Nebraska.
Todo este miedo a la "amenaza roja" aquí mismo en casa llevó a los legisladores locales a tratar de hacer algo al respecto. En 1951, el senador estatal Walter J. "Lefty" Williams de Ravenna propuso una ley que requería que todos los comunistas del estado se registraran. Presumiblemente, cualquier persona de la lista de Peterson tendría que registrarse. Pero, el proyecto de ley tuvo problemas desde el principio. El Fiscal General de Nebraska ya había dictaminado que obligar a los comunistas a registrarse era inconstitucional, pero las partes del proyecto de ley que prohibían a los comunistas ocupar cargos públicos o aparecer en las boletas electorales eran constitucionales. Al final, el proyecto de ley no se convirtió en ley.
Aunque nunca se ha hecho pública ninguna lista de comunistas en Nebraska, la idea de tal lista sigue siendo controvertida. Recientemente, en abril de 1995, el World-Herald defendió la compilación de Peterson de presuntos subversivos como un paso prudente. Peterson fue nombrado más tarde jefe de la Administración Federal de Defensa Civil (FCDA) y fue fundamental en el establecimiento de planes diseñados para ayudar a los civiles a sobrevivir a una guerra nuclear.