Junto con el racionamiento, los habitantes de Nebraska se educaron bien en el arte de recolectar materiales de desecho. Estos podrían reciclarse en armas y otros equipos esenciales para el esfuerzo de la guerra. La chatarra era la opción más obvia para los coleccionistas. Los papeles eran los más fáciles de conseguir y se reutilizaban para empaquetar armas.
Los "desechables", como la grasa, se utilizaban para fabricar explosivos y caucho artificial. La grasa de alimentos sobrante se utilizaba para fabricar municiones.
Debido a la escasez de metales durante la guerra, fue difícil conseguir electrodomésticos grandes. Había listas de espera para estos escasos artículos.